El dilema para que una empresa de el salto al Cloud pasa por varias etapas. Una etapa decisiva se produce una vez que se han compredido “en parte” las ventajas del Cloud Computing. En esa etapa se cuestiona si seguir manteniendo los servidores de la empresa.
El Cloud Computing hace inútiles los servidores “on-premise” es decir en la propia empresa. Cuando una empresa ya ha realizado el gasto de comprar servidores la resistencia al Cloud es máxima por varias razones:
- Los responsables del departamento de informática IT suelen oponerse frontalmente por miedo a perder su empleo.
- Los proveedores, a los que la empresa compra los ordenadores y los del software, suelen mostrar un rechazo radical a las soluciones en Cloud. Estos ven peligrar su negocio de años.
- A día de hoy, a ambos colectivos sólo les quedan dos argumentos que repiten hasta la saciedad como un mantra, el Cloud es inseguro y el Cloud es lento.
Ofrecer una respuesta a los apartados anteriores es sencillo:
- Si, los departamentos de informática de las empresas quedarán reducidos a la mínima expresión en la medida en que las empresas adopten soluciones Cloud Computing. Existen infinidad de empresas que ya no tienen departamentos IT porque los proveedores en Cloud ya les ofrecen el soporte necesario. A los profesionales de IT de las empresas no les quedará más remedio que reciclarse y orientar sus carreras hacia el Cloud, la demanda de este tipo de profesionales no para de crecer, a día de hoy es infinitamente mayor que la del personal interino de IT. Este personal interino que permanezca en las empresas manejará soluciones en Cloud.
- Los proveedores tradicionales basan su negocio en vender máquinas y software además de mantener ingresos puntuales por el mantenimiento de esos productos. Nada peor para ellos que el Cloud Computing que libera a las empresas de la adquisición de estos productos y servicios, liberar su “empresa cliente” de esta esclavitud puede acabar con su negocio.
Uno de los argumentos en contra del Cloud es la lentitud y por eso los proveedores tradicionales recomiendan instalar servidores locales para que el trabajo sea rápido, en este sentido están planteando que se gaste en un “cacharro” en lugar de ofecer una solución práctica y sencilla como invertir en la mejora de la conexión a Internet.
Una buena conexión a Internet es imprescindible para cualquier empresa del mundo. La mejora de la conectividad hace que todos esos servicios en Cloud Computing funcionen de forma rápida. Una buena conexión hace a la empresa más ágil, más eficiente y sobre todo abre las puertas a un mundo de posibilidades que ofrece el Cloud Computing.
La importancia de la conectividad es tan grande que hay países como Alemania que tienen planes nacionales para mejorar la velocidad de las conexiones. Estos planes tienen como objetivo mejorar las capacidades de las empresas y de la economía del país permitiendo el uso generalizado el Cloud Computing, efectivamente no se hace pensando en que Facebook les vaya más rápido.
El tiempo esta demostrando que es mejor invertir en una buena conexión a Internet que comprar sofisticados “cacharros” para tenerlos en la empresa. Además una buena conexión cuesta mucho menos que el más barato de los servidores. El problema de la supuesta lentitud en el Cloud no se soluciona llenando la empresa de máquinas que a la larga suponen gastos de mantenimiento, de personal, y hay que decirlo “de seguridad”. Los servidores de las empresas son el objetivo del 80% de los ataques, el motivo: es que son las máquinas más vulnerables.
Lo que limita la velocidad del Cloud Computing es la conexión a Internet que se tenga en casa no el proveedor o el servicio. Yo mismo me quedo sorprendido cuando en remoto utilizo Dataprius desde Londres, para un archivo de 100Mb no me da tiempo de ni siquiera ver la barrita de descarga. Si, el trabajo es instantáneo cuando se tiene una buena conexión, no hace falta gastar en cacharros, si invertir en la conexión.
En este artículo no quiero hablar del otro argumento, un tanto manido, concerniente a la seguridad, solo decir que menos de un 1% de las empresas pueden tener las infraestructuras y los controles de seguridad de los que dispone un proveedor de servicios en Cloud.